¡Jálalo que es Pargo!

¡Jálalo que es Pargo!

1 junio, 2023 0 Por Cuadrante Azul
  • ¡Cómo no querer a Acapulco!

Por Jacko Badillo

Los últimos 20 meses, en que gracias a Dios y al voto popular me he venido desempeñando como diputado en el Congreso del Estado, han sido unos de los que más satisfacciones me han dado en la vida.

Muchos podrán pensar y decir: Pues claro, gana bien, se la pasa en oficina con aire acondicionado o calentando la curul allá en Chilpancingo, nada más levantando la mano. Pues debo comentarles que están equivocados.

Si bien desde hace más de 15 años he venido recorriendo calles, colonias, barrios y comunidades rurales, compartiendo lo poco o mucho que con cariño mi familia destina para los más necesitados, siempre ayudando en lo que se puede al que nos lo solicita, es en esta etapa como representante popular en que he intensificado los recorridos por esta tierra que me vio nacer, crecer y me está viendo desarrollarme en la política.

Es en verdad maravilloso recibir el cariño de la gente en cada lugar que visitamos, porque ya nos conocen, saben de nuestra trayectoria personal, de nuestro andar en la política y, lo más valioso, nos tienen la confianza para compartirnos sus pesares, su inconformidad, ese coraje y desesperación que les causa el seguirse sintiendo olvidados y marginados.

Y ahí vamos, contribuyendo con nuestro granito de arena, como siempre lo hemos hecho, ahora con el respaldo de la buena voluntad y sensibilidad de una gran gobernadora como Evelyn Salgado Pineda, que atiende con mucho gusto nuestras gestiones, con la certeza de que todo es buscando el bienestar de la gente y sobre todo de los que más necesitan.

Esa gente noble, que nos recibe con mucho gusto, pero que no admite que en el gobierno de su ciudad le digan que no hay recursos para atender las necesidades más elementales, mientras observan con tristeza cómo se derrocha en banalidades, en frivolidades.

¿Cómo no querer a esa gente que habla de frente y dice lo que siente? La que habla así, derecho, cara a cara, de acapulqueño a acapulqueño. ¿Cómo no querer a Acapulco? Si es la tierra que nos da identidad, la que nos motiva, la que nos hace sentir orgullosos y nos da esperanza de que las cosas pueden y deben cambiar.

Mientras tanto… ¡Jálalo que es Pargo!