Frente Político

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5 septiembre, 2023 0 Por Cuadrante Azul

Por: Gilberto Guzmán

Fuego amigo en el Frente por México

El encuentro que la virtual candidata presidencial del Frente Amplio por México (FAM) formado por el PRI, el PAN y el PRD, Xóchitl Gálvez Ruiz, tuvo con militantes y simpatizantes de esos partidos el jueves pasado en el puerto de Acapulco, sirvió para evidenciar que los pleitos internos apenas empiezan y que si los intereses personales se imponen sobre los colectivos, el bloque opositor será un fracaso en Guerrero.

Una de las figuras visibles en este evento fue la del exalcalde porteño Evodio Velázquez Aguirre, quien recibió personalmente a la senadora panista en el aeropuerto, junto a su esposa, la exdiputada local Perla Edith Martínez Ríos, lo cual no fue del agrado de sus adversarios políticos, y desde el fin de semana comenzaron los ataques en su contra, reactivando algunos temas de su administración municipal pese a que en su momento han sido aclarados por el propio perredista.

El trasfondo de esto es que Evodio Velázquez ha levantado la mano para buscar la candidatura al Senado por la alianza opositora, espacio que también buscan algunos priistas como el excandidato a la gubernatura Mario Moreno Arcos, el actual senador priista Manuel Añorve Baños y el exgobernador Héctor Astudillo Flores, aunque de este se sabe que también aspira a negociar otro espacio para su hijo, el diputado local Ricardo Astudillo Calvo, y que no está en condiciones de exigir espacios para ambos.

Por lo contrario, Evodio Velázquez ha consolidado en los últimos años una fuerza política con amplia capacidad de negociación en el PRD, primero a través del Movimiento Independiente Progresista (MIP) que consiguió el respaldo de todos los grupos del PRD Guerrero y tejió alianzas nacionales con los exgobernadores de Michoacán, Silvano Aureoles Conejo, de la Ciudad de México, Miguel Ángel Mancera Espinosa, los dirigentes nacionales Jesús Zambrano Grijalva, Ángel Ávila Romero, y ahora de la senadora panista Xóchitl Gálvez.

Por eso es que a Xóchilt Gálvez, contrario a lo que digan los malquerientes y detractores de Evodio, le vino como anillo al dedo -parafraseando al presidente López Obrador- el respaldo que públicamente le ha mostrado el líder perredista, porque sabe que desde hace varios años ha formado una importante estructura electoral en Guerrero -cuenta con alcaldes, diputados, exdiputados, exalcaldes, síndicos, militantes, líderes sociales, líderes sectoriales, etc.-, y que esa es la garantía para obtener los votos que el Frente Amplio por México necesita para hacerla ganar.

Pero la guerra sucia, que huele a fuego amigo de los mismos liderazgos que han empujado la construcción del bloque opositor en la entidad, trata de revivir temas juzgados, relacionados con la Comisión de Agua Potable y Alcantarillado de Acapulco (Capama), que en su momento ventiló la exalcaldesa Adela Román Ocampo, sucesora de Velázquez Aguirre, quien tuvo oportunidad de aclararlo.

Ahora todo apunta a que la guerra sucia surge por el temor, por la preocupación, de que al convertirse en candidato y ganar la senaduría, Evodio Velázquez gane todavía más proyección política como aspirante a la gubernatura para las elecciones del 2027, lo que no les conviene ni a los priistas Mario Moreno, Manuel Añorve y Héctor Astudillo, y tampoco al senador morenista Félix Salgado Macedonio, y por eso suena lógico que quieran descarrilar al perredista desde ahora.

Lo que no miden los priistas es que ese juego sucio se les puede revertir, y el fuego amigo podría terminar quemándolos. Primero, porque el partido en el poder dispone de instituciones como la Fiscalía General del Estado y la Auditoría Superior del Estado, con información suficiente para tambalear a los exgobernadores y exalcaldes: a Héctor Astudillo con la sonada corrupción en su gobierno, a Ángel Aguirre con el asesinato y desaparición de normalistas en su administración, a Mario Moreno con los señalamientos del obispo emérito Salvador Rangel Mendoza de que en su campaña por la gubernatura fue favorecido por el grupo criminal Los Ardillos, o a Añorve con los múltiples señalamientos de irregularidades financieras y corrupción como alcalde de Acapulco.

El golpeteo interno en el bloque opositor solo terminará beneficiando a Morena, y no a los actores que estén promoviendo guerra sucia contra uno de los suyos. Eso es lo que -pese a ser políticos experimentados, viejos lobos de mar- no evalúan los operadores del golpeteo contra Evodio: que al final le estarían haciendo el trabajo sucio a Morena y dándole un balazo en el pie al Frente Amplio por México.

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